En San Luis una escuela realiza análisis de carne para detectar triquinosis

Los productores de lechones pueden llevar una muestra y evitar que la afección llegue a los consumidores.

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          Bajo el microscopio. La veterinaria busca si hay larvas en las muestras. Foto: Juan Andrés Galli.
 
Después de pasar la entrada, costear el edificio principal por la derecha y atravesar otra pequeña puerta, la Escuela Técnica N° 14 "Luis A. Luco" tiene un servicio fundamental para los pequeños productores porcinos de la región y para la salud pública de todos los mercedinos. El colegio acaba de poner en funcionamiento un laboratorio para detectar triquinosis y contribuir a que la enfermedad no se propague entre los seres humanos, que pueden consumir carne infectada.

Desde el 2018, la "Agraria", como se la conoce popularmente, trabaja para concretar la iniciativa. Pero el paso más importante lo dieron el pasado abril, cuando el Ministerio de Producción de la Provincia les otorgó el equipamiento necesario para hacer los estudios. 

Así, tras pulir los últimos detalles, finalmente el espacio está habilitado para llevar a cabo la técnica de digestión artificial, que consiste en reproducir lo que pasa en el estómago de los cerdos para observar si hay larvas de trichinella, que es el parásito que causa la afección.

La principal ventaja es que el colegio puede hacer los análisis a través de una muestra pequeña de carne, en vez de tener que llevar el animal completo como se suele hacer en los frigoríficos.

"En toda la zona rural de Villa Mercedes y los alrededores, hay muchos productores que hacen faena en los mismos establecimientos donde viven, la mayoría de las veces para consumo familiar. Entonces, esta es una posibilidad que les ofrecemos para darles mayor seguridad en lo que comen y evitar que se produzcan brotes de la enfermedad, algo bastante común en esta región", explicó Ximena Elía, quien es la veterinaria que estará a cargo del lugar.

La especialista, que también es docente de la escuela, informó que los interesados deben llevar un trozo de carne de cincuenta gramos de cada animal faenado que deseen revisar. "Equivale aproximadamente al tamaño de una taza de café", simplificó.

La muestra debe ser tomada del diafragma, que es lo que generalmente se conoce como entraña. Esa parte es la más representativa para el estudio, pero también puede provenir de la zona intercostal, es decir de los músculos que están entre las costillas, y en su defecto de la base de la lengua o del masetero.

"Abrimos los martes y miércoles de 8:30 a 13:30 para que traigan la carne, que tiene que venir refrigerada y rotulada, para identificar a qué ejemplar pertenece. Los jueves a la mañana haremos los estudios y en un lapso máximo de veinticuatro horas entregamos los resultados", dijo.

Con el aval del gobierno provincial, del Municipio y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el establecimiento entrega un certificado de apto para consumo, en caso de que no encuentren signos de triquinosis.

De esa forma, la "Luis A. Luco" contribuirá a mejorar la inocuidad de los alimentos que comen los vecinos, principalmente los lechones y chanchos jabalíes que se crían en los campos de la zona. 

Al mismo tiempo, el proyecto tiene un componente educativo importante. "En la escuela, los actores principales son los alumnos. Por eso, los chicos de séptimo año son los que van a ir adquiriendo, por grupos, las técnicas que realiza la veterinaria en el laboratorio, en la instancia de prácticas profesionalizantes", adelantó la directora de la institución, Paola Barzola Belaúnde. (Infocerdo)
 

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