
Caracterizar los acontecimientos actuales en la industria porcina como tumultuosos es probablemente quedarse corto.
Un acuerdo bilateral llevará al crecimiento de la producción de carne porcina en el país, con inversiones por más de 20.000 millones de dólares y la creación de 100.000 empleos.
Opinion JORGE CASTROA través de un acuerdo entre la “Asociación Argentina de Productores Porcinos” (AAPP) y la “Asociación China para la Promoción y el Desarrollo Industrial” (CAPID), se resolvió promover inversiones de la República Popular por U$S 27.000 millones en los próximos 4 a 8 años, con el objetivo de generar exportaciones de carne de cerdo y derivados por más de U$S 20.000 millones anuales a partir de 2024/2028. El acuerdo se hizo con la orientación estratégica de Biogénesis Bagó, la principal empresa productora de vacunas anti-aftosa de la Argentina.
Se trata de pasar en la producción de cerdos de la Argentina de 6 millones de cabezas actuales a 100 millones en un plazo de 5 a 8 años, lo que implica multiplicar 12 veces el stock porcino del país.
Esas inversiones se orientarían a construir unidades integradas de cría, engorde, y faena de carne porcina, destinando la totalidad de la producción al mercado de la República Popular. Cada una de esas factorías requeriría una inversión de U$S 100 millones/ U$S 150 millones; y en una etapa inicial se prevé levantar más de 20 plantas de última generación tecnológica, todas ellas situadas en el interior del país.
El financiamiento provendría del sector productivo chino, ante todo la propia CAPID, así como de los organismos especializados de la República Popular, en especial el Fondo Soberano que dispone de recursos por U$S 870.000 millones; y cuya prioridad estratégica es invertir en la actividad agroalimentaria del exterior, sobre todo en el Hemisferio Americano.
El cálculo del gobierno chino se funda en la premisa de que la Argentina es uno de los mejores lugares del mundo para producir cerdos, debido a sus excepcionales condiciones ecológicas, la abundancia de agua, la alta disponibilidad de maíz y soja, y el elevado nivel del status sanitario.
La Argentina está en condiciones de producir 4.000 kilogramos de cerdo por madre cada 12 meses, un nivel comparable al de EE.UU y la Unión Europea (UE); y para todo esto es preciso abrir 100.000 puestos de trabajo.
La razón de esta gigantesca inversión es que la epidemia de “fiebre porcina” que ha reducido a la ½ el stock de cerdos chinos en el último año - se han perdido unos 450 millones de cabezas en ese periodo - podría durar 1 década o más. Esto es lo que ha disparado los precios del mercado mundial de carnes, que treparon 18% desde enero del año pasado, el mayor aumento desde 2009.
China es el principal consumidor mundial de carnes – absorbe la ½ de la demanda global -; y 70% del total de lo que consume es carne de cerdo: lo hace a través de una ingesta de 56 kilogramos por año y cabeza; y es por esto que la “fiebre porcina” ha desatado una crisis global de abastecimiento que se despliega con creciente intensidad en los próximos 5 años.
Por eso China ha realizado un giro histórico en su concepto de seguridad alimentaria, y ha abandonado definitivamente una perspectiva exclusivamente doméstica, como ha sido la regla en sus 5.000 años de historia.
Ahora ha asumido una visión global de la alimentación de su pueblo, que indica que es preciso multiplicar la producción de carnes en el mercado mundial. De ahí este extraordinario proyecto en la Argentina, inmediatamente operativo.
Lo esencial de esta decisión estratégica es el hecho cualitativamente novedoso de que incorpora la producción porcina de la Argentina al proceso de acumulación industrial altamente intensivo de la República Popular, el más avanzado del mundo, junto con EE.UU.
En consecuencia, hay que prever que en adelante la producción de carne de cerdo en la Argentina, integrada a la República Popular a través de las cadenas transnacionales de producción chinas, lo hace mediante una secuencia necesaria, absolutamente determinista: + inversión / + producción / + incorporación de la tecnología más avanzada / y + exportaciones, que constituye el núcleo decisivo y estructural de la acumulación capitalista en el siglo XXI. Hay una extraordinaria coherencia histórica en el acuerdo AAPP/CAPID, mediado y orientado estratégicamente por Biogénesis Bagó.
Se puede aseverar en términos simplificados que la producción agroalimentaria – “el campo de la Argentina” – es absolutamente imparable.
FUENTE: Clarin Rural
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